Jake suspiró y comenzó a hablar:
-Hace tres años, un país de hechiceros llamado Dahelya entró en guerra. Los dos reinos más fuertes del país, Moonlight y Darkblood, iniciaron una guerra para hacerse con el dominio de Dahelya, y gobernar sobre todo el país.
-Pero, ¿qué tiene que ver eso conmigo? -dije con un tono interrogante.
-Espera a que acabe. Moonlight, prometía un país libre y justo, mientras que Darkblood, los hechiceros de la magia negra, lo único que querían era el poder sobre Dahelya y tener a sus inferiores como esclavos -Jake suspiró y desvió la mirada un instante-. La reina de Moonlight mandó a cuatro hechiceros a buscar a cuatro jóvenes con descendientes del país. Yo soy un hechicero de Dahelya y me enviaron a por una jóven llamada Caroline.
Jake me dedicó una sonrisa y desde ahí entendí lo que me quería decir.
-¿Estás insinuando que yo soy en parte una... -no pude acabar la frase, Jake habló antes.
-... hechicera dahelyana? -Jake emitió una pequeña risa-. Sí. Intento llevarte a Dahelya a que aprendas a manejar tu parte de maga.
-¿Parte maga? -suspiré y me llevé la mano a la barbilla-. Dices que yo soy... ¿maga?
-Exacto, y pretendo llevarte a Dahelya, quieras o no -dijo Jake, ya más serio.
-Pero, mi familia se preocupará si paso demasiado tiempo fuera -comenté yo-, y según lo que me has contado, supongo que tardaremos bastante tiempo en volver, ¿no es así?
-Sí, pero Dahelya es un mundo alternativo -me contó Jake-. En cuanto volvamos lo encontrarás todo como estaba. Nadie se habrá dado cuenta de que te has ido, por mucho tiempo que estés fuera de este mundo.
-Bu-bueno -titubeé un poco al principio-, si es así supongo que podré ir a ese lugar.
Jake me sonrió y luego se puso de pie. Yo le imité.
-Se te ve una chica bastante buena -sonrió Jake, de nuevo-. Creo que aprenderás bastante rápido las técnicas mágicas.
-Gracias -le dije dedicándole una sonrisa amistosa-. Espero que todo salga bien.
-Tranquila, no te preocupes. La magia no suele fallar -me tranquilizó él-. Te prometo que todo saldrá como esperamos.
Me sentía cómoda junto a él. Hacía que sintiese que el era como un hermano mayor. Sus palabras me tranquillizaron un poco.
-Pues -dije colocándome delante suya-, si la magia es un método seguro y hay que ir a ese mundo mágico del que hablas -suspiré-, no esperemos más. Haz lo que tengas que hacer para llevarnos allí.
Jake sonrió. Se colocó a mi lado, hizo un movimiento extraño con las manos que me hizo sonreir. Sin darme cuenta, mis pies y los suyos se elevaban cada vez más del suelo. Nos paramos en el aire. Fijé una larga mirada en Jake.
-Tranquila -masculló-. Todo saldrá bien.
Asentí con la cabeza y miré hacia delante. Sin darme cuenta, nos difuminamos en el aire para viajar hacia Dahelya...
Jake suspiró y comenzó a hablar:
-Hace tres años, un país de hechiceros llamado Dahelya entró en guerra. Los dos reinos más fuertes del país, Moonlight y Darkblood, iniciaron una guerra para hacerse con el dominio de Dahelya, y gobernar sobre todo el país.
-Pero, ¿qué tiene que ver eso conmigo? -dije con un tono interrogante.
-Espera a que acabe. Moonlight, prometía un país libre y justo, mientras que Darkblood, los hechiceros de la magia negra, lo único que querían era el poder sobre Dahelya y tener a sus inferiores como esclavos -Jake suspiró y desvió la mirada un instante-. La reina de Moonlight mandó a cuatro hechiceros a buscar a cuatro jóvenes con descendientes del país. Yo soy un hechicero de Dahelya y me enviaron a por una jóven llamada Caroline.
Jake me dedicó una sonrisa y desde ahí entendí lo que me quería decir.
-¿Estás insinuando que yo soy en parte una... -no pude acabar la frase, Jake habló antes.
-... hechicera dahelyana? -Jake emitió una pequeña risa-. Sí. Intento llevarte a Dahelya a que aprendas a manejar tu parte de maga.
-¿Parte maga? -suspiré y me llevé la mano a la barbilla-. Dices que yo soy... ¿maga?
-Exacto, y pretendo llevarte a Dahelya, quieras o no -dijo Jake, ya más serio.
-Pero, mi familia se preocupará si paso demasiado tiempo fuera -comenté yo-, y según lo que me has contado, supongo que tardaremos bastante tiempo en volver, ¿no es así?
-Sí, pero Dahelya es un mundo alternativo -me contó Jake-. En cuanto volvamos lo encontrarás todo como estaba. Nadie se habrá dado cuenta de que te has ido, por mucho tiempo que estés fuera de este mundo.
-Bu-bueno -titubeé un poco al principio-, si es así supongo que podré ir a ese lugar.
Jake me sonrió y luego se puso de pie. Yo le imité.
-Se te ve una chica bastante buena -sonrió Jake, de nuevo-. Creo que aprenderás bastante rápido las técnicas mágicas.
-Gracias -le dije dedicándole una sonrisa amistosa-. Espero que todo salga bien.
-Tranquila, no te preocupes. La magia no suele fallar -me tranquilizó él-. Te prometo que todo saldrá como esperamos.
Me sentía cómoda junto a él. Hacía que sintiese que el era como un hermano mayor. Sus palabras me tranquillizaron un poco.
-Pues -dije colocándome delante suya-, si la magia es un método seguro y hay que ir a ese mundo mágico del que hablas -suspiré-, no esperemos más. Haz lo que tengas que hacer para llevarnos allí.
Jake sonrió. Se colocó a mi lado, hizo un movimiento extraño con las manos que me hizo sonreir. Sin darme cuenta, mis pies y los suyos se elevaban cada vez más del suelo. Nos paramos en el aire. Fijé una larga mirada en Jake.
-Tranquila -masculló-. Todo saldrá bien.
Asentí con la cabeza y miré hacia delante. Sin darme cuenta, nos difuminamos en el aire para viajar hacia Dahelya...
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