Lo importante no es saber cuando podemos mirar a una persona a sus ojos, si no saber descubrir la magia que hay en ellos...

domingo, 30 de diciembre de 2012

Capítulo 11: En busca de Jake

Llegamos Indara y yo, corriendo a la casa. Cuando llegamos, Indara se fue escopetada a su habitación. Cuando salió de ella, tenía un gran plano entre sus manos y llevaba su alforja colgada. Dejó el plano sobre la mesa e introdujo en su bolsa diversos alimentos de la despensa. Mientras, yo observaba, en silencio, como se movía por la casa, preparando las cosas para nuestro viaje en busca de Jake. Al cabo de un rato, se sentó en una silla junto a mí, y abrió el plano sobre una mesa. 


-Caroline -dijo señalando un punto en el mapa-, este es el bosque de Ghorëm, y nosotras estamos aquí.


Cuando vi la distancia que separaba el bosque de Ghorëm, me sorprendí un tanto, pues si en aquel mapa la distancia era considerablemente larga, no me quería imaginar cuanto sería el camino.


-Pero -protesté yo-, no llegaremos a tiempo si queremos encontrar a Jake. El camino es muy largo y doy por hecho de que Jake ya ha partido hacia el bosque. Aunque emprendiésemos ahora mismo el viaje, no llegaríamos a tiempo. Dudo mucho que seamos capaces de encontrar a Jake.


-No Caroline, te equivocas. Vamos a llegar a tiempo y a encontrar a Jake, cueste lo que cueste.


-Pero no crees que... -paré de hablar, ya que Indara me miraba con gesto torvo. Preferí no hacer ningún comentario más que yo considerase fuera de lugar. Estaba claro de que Indara no estaba de humor y sería mejor no hablar por el momento.


Tragué saliva, nunca la había visto tan... enfadada. Siempre estaba sonriente, y si se enfadaba, nunca la había durado más de cinco minutos. Se notaba en su mirada, que Indara y Jake no eran los hermanos que de vez en cuando se peleaban, no. Jake e Indara, eran los hermanos que lo darían todo por cuidarse y procurar que no les pase nada malo. 


-Vale, le encontraremos -dije firmemente-. Cueste lo que cueste.


Indara sonrió traviesamente y cogió el mapa de un tirón y lo metió en su alforja, donde ví como sobresalíala punta de un objeto metálico. Pensé que Indara llevaría una daga, pero me lo cuestioné un momento, ya que Indara era una maga excelente, y como ella había dicho, necesitaríamos solamente nuestros poderes para luchar.


-Salgamos ya, no perdamos más tiempo.


Recorrimos a paso ligero las estrechas calles de Bharerr hasta que llegamos a un gran prado donde, al fondo, se podía divisar un precioso bosque, el bosque de Bnut, donde los enanos dahelyanos lideraban. Me sorprendí cuando Indara me lo dijo, pues yo creía que en Dahleya solo habitaban magos. Me nombró también las demás especies de Dahelya: elfos, trasgos, gigantes y kerems. Todos aquellos seres mágicos me sonaban de algunas viejas leyendas que contaban en la Tierra. Todos sabía que eran, menos los kerems. Indara me explicó que un kerem era una mezcla de trasgo y elfo. Los kerems eran seres tan bellos y hermosos como los elfos, pero al mismo tiempo eran malvados como los trasgos. Sabían como seducir con su belleza al más poderoso de todos los magos, así que crucé los dedos para no encontrarme a ninguno de ellos por el camino, pues no quería que mi primer viaje por Dahelya fuese complicado.


*     *     *     *     *     *     


El camino fue largo y silencioso, pues Indara caminaba firmemente delante mía y yo la seguía en silencio, procurando no molestarla. No hubo descansos, Indara parecía imparable, y aunque su rostro mostrase cansancio, sus piernas no lo padecían. Las conversaciones que teníamos Indara y yo por el camino, que eran pocas, eran muy breves. Yo intentaba comenzar una conversación que durase, para hacer el camino más entretenido, pero Indara tan solo contestaba con monosílabos, y eso no mejoraba las cosas. 


La noche cernió sobre nosotras y, por lo menos yo, estaba perdida. Buscamos refugio entre los grandes árboles del bosque de Bnut, que pertenecía a los enanos de Dahelya. Tuvimos suerte de no encontrarnos a muchos enanos por el bosque, pues no le gustaban que indagásemos en los lugares que pertenecían a su dominio. Al fin, encontramos un gran árbol, al que Indara levitó hasta llegar a la copa del árbol, para dormir en él. Yo me quedé en el suelo dudando durante unos instantes. 


-¿No subes? -me preguntó Indara.


-No creo que pueda -protesté ante el miedo de caerme mientras levito-. No soy una maga experta.


-Pero ya hemos dado la clase -repuso Indara-. No tienes excusas.


Cerré los ojos y respiré hondo un par de veces. Saqué mi varita y empecé a hacer círculos rodeándome al mismo tiempo como unas leves lucecitas plateadas me rodeaban a mí. Mientras tenía los ojos cerrados, mis pies comenzaron a flotar en el aire. Subí lentamente al árbol y cuando llegué arriba, me senté en una rama, lo suficientemente ancha para dormir bien sobre ella, y no caerme de ella, pues la altura del árbol era considerablemente grande.




-De acuerdo, pero no estés tan seria. Acuérdate de tus palabras: vamos a encontrar a Jake, cueste lo que cueste.


Indara sonrió, como habitualmente hacía. Había conseguido subirla los ánimos, que en estos momentos se necesitaba bastante. Indara estaba bastante afectada por la pérdida de Jake y no me pasaba nada por entregarle un poco de mi ánimo. Tras esto, Indara añadió unas palabras más.



-Te dije que serías capaz -dijo Indara sonriente, por primera vez en el día de hoy-. Nunca te subestimes, sobre todo si se trata con la magia. Deja que el optimismo te guíe, ¿de acuerdo?



-Descansa -dijo Indara con los ojos medio cerrados del sueño-, la jornada de mañana será mucho más larga que la de hoy y necesitaremos las fuerzas para continuar el camino en busca de Jake.


- Eso haré -dije bostezando-. Igualmente, y recuerda: no te desanimes, encontraremos a Jake. Puede que tarde, o puede que pronto, pero lo encontraremos. Recuerda que está con Klaynn, según Jake y tú, el mago más poderoso de todo Dahelya, quizá capaz de derrotar a un kerem. Podemos dar por hecho de que Jake está en buenas manos.



-Esperemos que estés en lo cierto -dijo Indara con la espalda apoyada en el tronco del árbol-. Pero, aunque Klaynn sea el mago más poderoso de todo Dahelya, no es inmortal y ya es demasiado anciano, por lo que Jake puede quedarse solo en cualquier momento, así que hay que encontrarle cuanto antes.


Asentí con la cabeza y bostezando, me acomodé sobre la rama y cerré los ojos para dormir. Sentí como me relajaba y como los rayos de la luna y de las estrellas se cernían sobre mí. Lentamente, fui quedándome dormida hasta que los ojos se me cerraron del sueño y caí agotada sobre la rama.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Capítulo 10: La segunda clase


Llegamos Jonathan y yo corriendo hasta el cerro y alli nos esperaban Indara, Dylan y Christine.

-¿Dónde estabais? -dijo Indara cortante.

-Em... Yo... -dije sin saber que decir. No quería decir que me había quedado hablando con Jonathan, ya que eso la enfadaría más-. Yo... Es que...

-Caroline, no me mientas, ¿qué estabas haciendo? -dijo muy seria.

-Nos habíamos dejado las varitas -dijo Jonathan rápidamente.

-Pero eso no... -no acabé la frase ya que Jonathan me había dado un golpecito en el brazo mientras me guiñaba un ojo.

Indara cerró los ojos y sacudió la cabeza con desaprobación. Después, levantó la cabeza y suspiro mientras abría la boca para hablar.

-No me convence lo que me has dicho Jonathan, pero hay que empezar la clase.

Cerré los ojos y suspiré de alivio. Después, me giré hacia Jonathan y le miré con cierto tono de agradecimiento en los ojos.

-Bueno chicos -dijo Indara mientras nos miraba a todos-, hoy seguramente sea uno de los días más importantes de vuestra vida. Los primeros hechizos que conjura un mago son un paso muy importante en su vida.

-¿Qué tienen de importante? -saltó Dylan burlón-. No son más que hechizos.

-Dylan -contestó Indara-, no son solo hechizos. Los primeros hechizos son los que más marcarán tu magia, los que te ayudarán a realizar todos tus hechizos. Los primeros hechizos son los hechizos con los que tendrás que luchar.

-¿Has dicho luchar? -dijo Christine alzando una ceja- ¿Qué quieres decir con luchar?

-Lo que oyes Christine -dije yo-, vamos a luchar con nuestra magia.

-¿Con nuestros poderes? -dijo Christine aún boquiabierta- ¡Si aún no sabemos conjurar hechizos!¡Cómo quieres que luchemos!

-Para eso sirven las clases -dijo Indara- para aprender los hechizos y aprender a luchar y a defenderse con ellos.

-¡Pero no podemos...!

-Nunca digas esta frase, Christine, nunca - dijo Indara firmemente.

Christine la miro con reproche, pero finalmente, decidió contestar a Indara.

-De acuerdo.


*     *     *     *     *     *


Jake decidió salir de casa, puesto que no había salido de ella desde que Caroline llegó. Mientras caminaba iba saludando a  todo mago que se le cruzaba por delante. Pasó por delante del cerro, y divisó a o lejos cinco figuras difuminadas, que eran Indara con los chicos en su clase. Jake no se detuvo, pensó que sería mejor no molestar. Siguió caminando por Bharerr ( que así se llamaba la capital de Moonlight, donde ellos vivían ), hasta que se detuvo frente a una gran mansión. Por fín había llegado. Aquella gran casa pertenecía a Klaynn, el mago más viejo y sabio de todo Dahelya. Él fue el que encontró a Dylan y a Jonathan en la Tierra, y quien los trajo a Dahelya. Abrío la puerta, que formó un estrepitoso chirrido y entró dentro de ella. Cuando se adentro en lo que debía ser el salón solo encontró un escritorio, varios muebles viejos y las parees llenas de cuadros, cuyos significados eran difíciles de descifrar. Jake no encontró a Klaynn por ninguna parte, pero sabía perfectamente donde se encontraba. Klaynn tenía un pequeño laboratorio donde probaba todos sus experimentos,  y donde casi siempre se encontraba. Tomó escaleras abajo, donde se encontraba el sótano, que es donde tenía habilitado su laboratorio. Cuando llegó, Jake supuso que Klaynn estaría allí, pero se llevo una gran sorpresa. No estaba por ninguna parte, tan solo encontró una nota que, en la parte superior, estaba escrito: para Jake. Jake tomó la nota entre sus manos, la abrió y se dedicó a leerla.


"Jake, se que vendrías a buscarme. Quiero que sepas que espero que me ayudes a investigar. Sí, has oído bien, quiero que me ayudes a explorar la zona del bosque de Ghorëm, entre Moonlight y Madbelle. Allí se han encontrado pistas de como atacar a la zona oscura, y creo que tú eres el único mago que me puede ayudar. Te espero en la frontera de Moonlight, allí partiremos hacia Ghorëm.
Firmado,
Klaynn"


Cuando Jake acabó de leer la carta, se la guardó rápidamente en el bolsillo de su pantalón y salió corriendo hacia la casa.


*     *     *     *     *     *


-Bueno -dijo Indara ya más calmada-, hoy aprenderéis vuestros primeros poderes. No quiero presionaros, así que solo aprenderemos dos conjuros. Sabréis levitar y el hechizo más básico, lanzar llamas.


Durante un momento, sentí como mi corazón se aceleraba de la emoción, pero me contuve para no saltar de la alegría.


-Lo primero que debemos hacer -prosiguió Indara-, es lo siguiente.


Se colocó de pie, con la varita en la mano y rodeó su cuerpo con ella. Observé mientras lo hacía, cada vez, sus pies se levantaban del suelo, poniéndolos en contacto con el aire. Cuando bajó, nos miró a todos y dijo:


-Ahora vosotros.


Pasé una mirada por encima de todos un poco insegura. Cuando me dispuse a hacerlo, cerré los ojos intentando concentrarme. Mi cuerpo empezó a rodearse de diversas lucecitas plateadas y notaba un cierto desequilibrio que ligeramente, lograba alejar. Cuando me decidí, abrí los ojos, y pude ver como me había alejado del suelo. Sonriente, lancé un grito de alegría y mirando a mi lado, pude ver que Christine, Dylan y Jonathan también lo habían conseguido. Les miré a todos, y ellos me devolvieron la mirada, sonrientes. Me dispuse a bajar, y lo hice muy lentamente. Cuando todos estuvimos en el suelo, Indara nos sonrío y se dirigió a nosotros:


-Aprendéis muy rápido. Eso me gusta -dijo con una sonrisa pícara en sus labios-. Ahora, toca aprender a lanzar llamas. Para este hechizo quiero que tú -dijo dirigiéndose a Christine con el dedo- lo realices antes.


Observé como el rostro de Christine cambiaba.


-¿Yo?¿Por qué yo?


-Porque el fuego es tu poder, y tienes ventaja al comprobar si serías capaz de realizarlo. Ahora observa como lo hago yo, y no quites ojo a mis movimientos, porque después los realizarás tú.


Indara colocó la palma de la mano bajo la punta de su varita y comenzó a hacer círculos con ella. Una pequeña llama comenzó a formarse sobre su mano, hasta que se formó por completo. Indara retiró la varita, y alzó la mano con un impulso hacia el cielo. La bola de fuego salió disparada hacia el cielo e Indara sonrió. Se giró hacia Christine y la dijo:


-Es tu turno -dijo dirigiéndose a Christine-. No me falles.


Christine, segura de lo que hacía, realizó el mismo movimiento que hizo Indara, hasta que consiguió formar una bola completa. La lanzó al cielo, y satisfecha por sus resultados, se giró hacia nosotros tres y nos dijo imitando a Indara.


-Es vuestro turno.


La sonreí y me puse entre medias de Dylan y Jonathan. Ellos empezaron a formar la bola de fuego y después, la formé yo. Cuando los tres la teníamos en nuestras manos, les dirigí una mirada y los tres lanzamos la bola de fuego hacia el cielo, donde juntaron formando así un gran destello.


-Bien -dijo Indara acercándose a nosotros-, los habéis realizado todos sin problemas. El próximo día pensaré en algún hechizo más difícil que enseñaros -dijo guiñándonos un ojo-. Me iré marchando, os espero en la casa chicas -dijo ya marchándose.


Cuando ya no se veía a Indara, oí una voz que me llamó.


-Caroline -dijo Jonathan-, ¿puedes venir? 


-Claro -me dirigí hacia él-, ¿qué sucede?



*     *     *     *     *     *

Indara entró en casa y llamó a Jake.


-Jake, ya estoy.


Esperaba una respuesta, que para su sorpresa no encontró. Registró toda la casa, pero no encontró ni rastro de Jake, hasta que descubrió una nota en la que decía.


"Indara, sé que cuando llegues a casa no estaré, pero quiero decirte que no te preocupes que estoy bien. Me he ido con Klaynn a explorar el bosque de Ghorëm, donde dice Klaynn que se encuentran los secretos de la magia oscura, y que así encontraremos como derrotarla."


Indara recordó que era verdad, que allí se encontraban los secretos más escondidos de la magia oscura, pero nadie había logrado encontrarlos a tiempo, ya que también habitaban allí muchos de los más poderosos guerreros del reino de Darkblood. Indara soltó la nota y salió corriendo en busca de Caroline, que era ella quien, de todos los jóvenes, la que más cerca de Jake estaba.


*     *     *     *     *     *


-Bueno -dijo Jonathan, sin dirigirme una mirada clara-, antes, no te lo pude decir.


Se me aceleró el corazón durante un momento, pero intenté que mi voz sonase firme.


-Y, ¿qué era lo que me querías decir?


-Pues, te quería preguntar si... -no pudo continuar, Indara llegó corriendo y se aproximo a nosotros.

-Caroline -dijo con una respiración entrecortada-, tienes que ayudarme a encontrar a Jake. No está en casa.


-¿Y dónde está? -pregunté inquieta.


-Va de camino al bosque de Ghorëm, hay que detenerlo antes de que ocurra algo.


-Pero yo no sé donde está ese bosque.


-Ya te lo explicaré por el camino, pero no tenemos tiempo. Vámonos.



Indara tiró de mi brazo y no tuve más remedio que seguirla.


-Lo siento -le dije a Jonathan-, me tengo que ir. Dímelo más tarde.


-Claro -dijo Jonathan con cierto rubor en las mejillas-... No hay problema.