Lo importante no es saber cuando podemos mirar a una persona a sus ojos, si no saber descubrir la magia que hay en ellos...

jueves, 6 de diciembre de 2012

Capítulo 10: La segunda clase


Llegamos Jonathan y yo corriendo hasta el cerro y alli nos esperaban Indara, Dylan y Christine.

-¿Dónde estabais? -dijo Indara cortante.

-Em... Yo... -dije sin saber que decir. No quería decir que me había quedado hablando con Jonathan, ya que eso la enfadaría más-. Yo... Es que...

-Caroline, no me mientas, ¿qué estabas haciendo? -dijo muy seria.

-Nos habíamos dejado las varitas -dijo Jonathan rápidamente.

-Pero eso no... -no acabé la frase ya que Jonathan me había dado un golpecito en el brazo mientras me guiñaba un ojo.

Indara cerró los ojos y sacudió la cabeza con desaprobación. Después, levantó la cabeza y suspiro mientras abría la boca para hablar.

-No me convence lo que me has dicho Jonathan, pero hay que empezar la clase.

Cerré los ojos y suspiré de alivio. Después, me giré hacia Jonathan y le miré con cierto tono de agradecimiento en los ojos.

-Bueno chicos -dijo Indara mientras nos miraba a todos-, hoy seguramente sea uno de los días más importantes de vuestra vida. Los primeros hechizos que conjura un mago son un paso muy importante en su vida.

-¿Qué tienen de importante? -saltó Dylan burlón-. No son más que hechizos.

-Dylan -contestó Indara-, no son solo hechizos. Los primeros hechizos son los que más marcarán tu magia, los que te ayudarán a realizar todos tus hechizos. Los primeros hechizos son los hechizos con los que tendrás que luchar.

-¿Has dicho luchar? -dijo Christine alzando una ceja- ¿Qué quieres decir con luchar?

-Lo que oyes Christine -dije yo-, vamos a luchar con nuestra magia.

-¿Con nuestros poderes? -dijo Christine aún boquiabierta- ¡Si aún no sabemos conjurar hechizos!¡Cómo quieres que luchemos!

-Para eso sirven las clases -dijo Indara- para aprender los hechizos y aprender a luchar y a defenderse con ellos.

-¡Pero no podemos...!

-Nunca digas esta frase, Christine, nunca - dijo Indara firmemente.

Christine la miro con reproche, pero finalmente, decidió contestar a Indara.

-De acuerdo.


*     *     *     *     *     *


Jake decidió salir de casa, puesto que no había salido de ella desde que Caroline llegó. Mientras caminaba iba saludando a  todo mago que se le cruzaba por delante. Pasó por delante del cerro, y divisó a o lejos cinco figuras difuminadas, que eran Indara con los chicos en su clase. Jake no se detuvo, pensó que sería mejor no molestar. Siguió caminando por Bharerr ( que así se llamaba la capital de Moonlight, donde ellos vivían ), hasta que se detuvo frente a una gran mansión. Por fín había llegado. Aquella gran casa pertenecía a Klaynn, el mago más viejo y sabio de todo Dahelya. Él fue el que encontró a Dylan y a Jonathan en la Tierra, y quien los trajo a Dahelya. Abrío la puerta, que formó un estrepitoso chirrido y entró dentro de ella. Cuando se adentro en lo que debía ser el salón solo encontró un escritorio, varios muebles viejos y las parees llenas de cuadros, cuyos significados eran difíciles de descifrar. Jake no encontró a Klaynn por ninguna parte, pero sabía perfectamente donde se encontraba. Klaynn tenía un pequeño laboratorio donde probaba todos sus experimentos,  y donde casi siempre se encontraba. Tomó escaleras abajo, donde se encontraba el sótano, que es donde tenía habilitado su laboratorio. Cuando llegó, Jake supuso que Klaynn estaría allí, pero se llevo una gran sorpresa. No estaba por ninguna parte, tan solo encontró una nota que, en la parte superior, estaba escrito: para Jake. Jake tomó la nota entre sus manos, la abrió y se dedicó a leerla.


"Jake, se que vendrías a buscarme. Quiero que sepas que espero que me ayudes a investigar. Sí, has oído bien, quiero que me ayudes a explorar la zona del bosque de Ghorëm, entre Moonlight y Madbelle. Allí se han encontrado pistas de como atacar a la zona oscura, y creo que tú eres el único mago que me puede ayudar. Te espero en la frontera de Moonlight, allí partiremos hacia Ghorëm.
Firmado,
Klaynn"


Cuando Jake acabó de leer la carta, se la guardó rápidamente en el bolsillo de su pantalón y salió corriendo hacia la casa.


*     *     *     *     *     *


-Bueno -dijo Indara ya más calmada-, hoy aprenderéis vuestros primeros poderes. No quiero presionaros, así que solo aprenderemos dos conjuros. Sabréis levitar y el hechizo más básico, lanzar llamas.


Durante un momento, sentí como mi corazón se aceleraba de la emoción, pero me contuve para no saltar de la alegría.


-Lo primero que debemos hacer -prosiguió Indara-, es lo siguiente.


Se colocó de pie, con la varita en la mano y rodeó su cuerpo con ella. Observé mientras lo hacía, cada vez, sus pies se levantaban del suelo, poniéndolos en contacto con el aire. Cuando bajó, nos miró a todos y dijo:


-Ahora vosotros.


Pasé una mirada por encima de todos un poco insegura. Cuando me dispuse a hacerlo, cerré los ojos intentando concentrarme. Mi cuerpo empezó a rodearse de diversas lucecitas plateadas y notaba un cierto desequilibrio que ligeramente, lograba alejar. Cuando me decidí, abrí los ojos, y pude ver como me había alejado del suelo. Sonriente, lancé un grito de alegría y mirando a mi lado, pude ver que Christine, Dylan y Jonathan también lo habían conseguido. Les miré a todos, y ellos me devolvieron la mirada, sonrientes. Me dispuse a bajar, y lo hice muy lentamente. Cuando todos estuvimos en el suelo, Indara nos sonrío y se dirigió a nosotros:


-Aprendéis muy rápido. Eso me gusta -dijo con una sonrisa pícara en sus labios-. Ahora, toca aprender a lanzar llamas. Para este hechizo quiero que tú -dijo dirigiéndose a Christine con el dedo- lo realices antes.


Observé como el rostro de Christine cambiaba.


-¿Yo?¿Por qué yo?


-Porque el fuego es tu poder, y tienes ventaja al comprobar si serías capaz de realizarlo. Ahora observa como lo hago yo, y no quites ojo a mis movimientos, porque después los realizarás tú.


Indara colocó la palma de la mano bajo la punta de su varita y comenzó a hacer círculos con ella. Una pequeña llama comenzó a formarse sobre su mano, hasta que se formó por completo. Indara retiró la varita, y alzó la mano con un impulso hacia el cielo. La bola de fuego salió disparada hacia el cielo e Indara sonrió. Se giró hacia Christine y la dijo:


-Es tu turno -dijo dirigiéndose a Christine-. No me falles.


Christine, segura de lo que hacía, realizó el mismo movimiento que hizo Indara, hasta que consiguió formar una bola completa. La lanzó al cielo, y satisfecha por sus resultados, se giró hacia nosotros tres y nos dijo imitando a Indara.


-Es vuestro turno.


La sonreí y me puse entre medias de Dylan y Jonathan. Ellos empezaron a formar la bola de fuego y después, la formé yo. Cuando los tres la teníamos en nuestras manos, les dirigí una mirada y los tres lanzamos la bola de fuego hacia el cielo, donde juntaron formando así un gran destello.


-Bien -dijo Indara acercándose a nosotros-, los habéis realizado todos sin problemas. El próximo día pensaré en algún hechizo más difícil que enseñaros -dijo guiñándonos un ojo-. Me iré marchando, os espero en la casa chicas -dijo ya marchándose.


Cuando ya no se veía a Indara, oí una voz que me llamó.


-Caroline -dijo Jonathan-, ¿puedes venir? 


-Claro -me dirigí hacia él-, ¿qué sucede?



*     *     *     *     *     *

Indara entró en casa y llamó a Jake.


-Jake, ya estoy.


Esperaba una respuesta, que para su sorpresa no encontró. Registró toda la casa, pero no encontró ni rastro de Jake, hasta que descubrió una nota en la que decía.


"Indara, sé que cuando llegues a casa no estaré, pero quiero decirte que no te preocupes que estoy bien. Me he ido con Klaynn a explorar el bosque de Ghorëm, donde dice Klaynn que se encuentran los secretos de la magia oscura, y que así encontraremos como derrotarla."


Indara recordó que era verdad, que allí se encontraban los secretos más escondidos de la magia oscura, pero nadie había logrado encontrarlos a tiempo, ya que también habitaban allí muchos de los más poderosos guerreros del reino de Darkblood. Indara soltó la nota y salió corriendo en busca de Caroline, que era ella quien, de todos los jóvenes, la que más cerca de Jake estaba.


*     *     *     *     *     *


-Bueno -dijo Jonathan, sin dirigirme una mirada clara-, antes, no te lo pude decir.


Se me aceleró el corazón durante un momento, pero intenté que mi voz sonase firme.


-Y, ¿qué era lo que me querías decir?


-Pues, te quería preguntar si... -no pudo continuar, Indara llegó corriendo y se aproximo a nosotros.

-Caroline -dijo con una respiración entrecortada-, tienes que ayudarme a encontrar a Jake. No está en casa.


-¿Y dónde está? -pregunté inquieta.


-Va de camino al bosque de Ghorëm, hay que detenerlo antes de que ocurra algo.


-Pero yo no sé donde está ese bosque.


-Ya te lo explicaré por el camino, pero no tenemos tiempo. Vámonos.



Indara tiró de mi brazo y no tuve más remedio que seguirla.


-Lo siento -le dije a Jonathan-, me tengo que ir. Dímelo más tarde.


-Claro -dijo Jonathan con cierto rubor en las mejillas-... No hay problema.

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